¿Cómo funcionan los fármacos?

Como habéis visto en entradas anteriores son muchas y variadas las preguntas que frecuentemente nos hacen en el mostrador. Pero hay una pregunta que rarísima vez nos hacen y estoy seguro que igual que al mí al resto de mis compañeros les gustaría que se la hicieran con más frecuencia: ¿Cómo funciona este fármaco? ¿Cómo sabe cada pastilla lo que tiene que hacer?

Vamos por partes

Generalizando y de una forma muy escueta y sencilla podemos decir que los fármacos actúan a través de los receptores, que son macromoléculas celulares que directa y específicamente se encargan de la señalización química entre células y dentro de éstas. Cada fármaco reconoce unos receptores concretos. En este contexto se entiende por transducción, los pasos que vinculan la unión del agonista al receptor con la transmisión de una señal a la célula en que se encuentra o entre compartimentos de ésta. Atendiendo a su capacidad de provocar una respuesta biológica por si mismos tras unirse al receptor, se distingue entre fármacos agonistas puros, agonistas parciales, agonistas inversos y antagonistas.

¡No os asustéis que lo voy a explicar con botellas de leche!

Imaginemos que tenemos en casa (célula) tres tipos de botellas de leche (receptores): receptores entera, receptores semi y receptores desnatada. Imaginemos también, que se trata de botellas que están tumbadas y el tapón no está cerrado del todo, de manera que la leche se sale poco a poco (transducción). Cuando vemos un charco de leche bajo una botella cogemos la correspondiente fregona (la de limpiar leche entera, la de la semi y la de la desnatada, y lo limpiamos (efecto farmacológico).

Ahora entran en juego unos niños (fármacos). Por cada tipo de leche hay cuatro tipos de niños:

-Los niños agonista puro que abren del todo el tapón.

-Los niños agonista parcial que abren un poco más el tapón.

-Los ninos agonistas inversos que cierran el tapón.

-Los niños antagonistas que bloquean el tapón en su estado inicial y no dejan que los demás niños lo abran ni lo cierren.

Pues bien, si buscamos un efecto farmacológico de “limpieza de charco muy grande de leche con fregona de la desnatada”, meteremos en casa muchos niños agonista puro, con preferencia por las botellas de leche desnatadas.

Si queremos no sacar la fregona de la entera, meteremos en casa los niños agonista inverso, con preferencia por la leche entera.

Y qué ocurre si en casa tenemos unos niños agonista puro con preferencia por la leche semi, y no queremos limpiar con más frecuencia de lo normal charcos de leche semi. Efectivamente, meteremos en casa niños antagonista con preferencia por la semi.

¡Y ahora vamos a rizar el rizo! Si entran en casa niños agonista puro con preferencia por la semi, pero también abren el tapón de algunas botellas de desnatada, por lo que además de sacar la fregona de la semi, tenemos que sacar también la de la desnatada, ¿Ante que fenómeno estaríamos? Se trataría de un efecto secundario.

Todo esto se puede complicar ¡hasta el infinito y más allá!. Pues hay que añadir otras variables, como por ejemplo que hay niños que se cogen más fuertemente a los tapones que otros niños, asociaciones de botellas de semi con entera, subtipos de botellas de desnatada, y un largo etc. En cualquier caso, con esta «leche de andar por casa» se puede entender más o menos como funcionan los fármacos.

Conclusión

Como habréis podido deducir, dentro de cada cápsula, aunque parezca imposible, van metidos un montón de niños obsesionados con los tapones de las botellas de leche. Y nuestras células tienen gran cantidad de botellas de leche.