¡Espera dos horas!

En el verano de 1998 yo celebraba mi séptimo cumpleaños al borde de una piscina. Acababa de zamparme un festín digno de cualquier rey medieval y me disponía a saltar al agua cuando una voz gritó: ¡Cuidado, que te puede dar un corte de digestión! No sé si fue mi conciencia, las madres del mundo o la sociedad en general la que me señalaba y me impedía disfrutar de la vida. ¿Podría haberme muerto en aquel instante si hubiese llegado a saltar? Como poder, podría. Y como veinte años después aún sigo oyendo esa voz cada vez que voy a la playa, he decidido hacer una búsqueda para ver si les debo la vida a todas esas madres pesadas del mundo.

Vamos a contar mentiras tralará

Si buscas algo de información sobre el corte de digestión lo primero que vas a encontrar es que no existe. Que es un mito. Que se lo han inventado los padres. Yo creo que el problema no es que no exista, es que no le han sabido dar el nombre correcto. Es como cuando una amiga mía dice que está “sulfúrica” cuando en realidad está eufórica. Así que eso que te puede pasar cuando has comido y te tiras a la piscina y te mueres existe, pero no es un corte de digestión.

Culito de rana

Para entender lo que es un “corte de digestión”, primero hay que pensar como un delfín. ¿Te lo estás imaginando? Tu yo delfín está ahora en la superficie del agua tomando el sol, pero quiere volver a sumergirse. Lo que le va a ocurrir a su cuerpo es lo que se llama el reflejo de inmersión. Tu delfín va a prepararse para estar un largo rato bajo el agua.  ¿Cómo? Pues va a ralentizar su frecuencia cardíaca para minimizar la necesidad de oxígeno y va a contraer los capilares de las extremidades para que la sangre se concentre en el corazón y en el cerebro. Sé que a ti te importa mucho tu aleta derecha, pero si solo puede quedar uno, mejor que sobreviva el cerebro. Tu yo humano también experimenta estos cambios, aunque con menos intensidad.

Electrocutado

O hidrocutado. Ese es el térmico correcto para el corte de digestión: hidrocución. Lo que ocurre realmente es un reflejo de inmersión exagerado debido a una diferencia brusca de temperatura en el que se inhibe la respiración y la circulación generando una sobrecarga cardíaca que puede dar lugar a una parada cardiorrespiratoria. Algunos factores que puede predisponer a que esto ocurra son:

  • Has estado jugando al fútbol con los colegas a las 4 de la tarde y ahora vais a hacer un concurso de bombas.
  • Uno de tus colegas es tonto y ha caído en plancha.
  • Por darle emoción, habéis decidido hacer el concurso de bombas en enero.
  • ¡ESTÁIS HACIENDO LA DIGESTIÓN!

He aquí el quid

Porque la digestión no se corta. Es borde y maleducada, y le da igual que tú te vayas a morir porque ella necesita mucha sangre para poder absorber el bocata de chorizo que te acabas de zampar. Con lo cual, el cerebro está recibiendo menos sangre y menos oxígeno del que debería y es más susceptible de sufrir un síncope.

A tu primo

O a tu colega, o al señor con el bañador de palmeras, o al socorrista buenorro. Cuando notes los siguientes síntomas, avísales y sal lo más rápido que puedas del agua.

  • Dolor de cabeza, sopor, fatiga, vértigo o zumbido en los oídos.
  • Enrojecimiento de la piel con picor y sensación de calor.
  • Pérdida de la agudeza visual.
  • Dolor
  • Piel de gallina.

Las muñecas y la nuca

Como te deseo muchos chapuzones más, te voy a dar un consejo. Entra siempre poco a poco al agua, sobre todo en sitios donde esté muy fría, independientemente de si estás haciendo o no la digestión.

Moraleja

Gracias madres del mundo, nunca sabremos si habría muerto aquel verano del 98, pero he demostrado que no tenías TODA LA RAZÓN, y eso es siempre muy gratificante.

 

Bibliografía

https://www.msssi.gob.es/ciudadanos/saludAmbLaboral/planAltasTemp/2017/docs/FOLLETO_Guia_familias.pdf